domingo

Mi Diagnóstico.

Y la noche duerme.
Y parece que nadie entiende.



Hay una proteina que me falta entre las conexiones neuronales que hacen que mis ideas no queden fijas en mi cerebro. Aparecen, resultan geniales y abandonan su sitio porque no recuerdan los motivos que les hacia ser tan geniales.

El médico me ha dicho que eso no duele, aunque a veces creo que anda equivocado en sus teorias.

El médico me ha dicho que he de aprender a vivir con ello, igual que un sordo no canta y un bizco no seduce con la mirada.

La gente que me rodea cree en mi genialidad, pero me otorga la medalla de pobre chica. Y estoy ya cansada de ir con la cabeza cabizbaja del peso de los trofeos que no se muy bien cómo pararon ahí, si nunca he tenido la impresión de haber ganado nada.

Nunca he tenido esa proteina, por eso no puedo echar de menos algo que nunca he saboreado y que mi organismo no ha hecho funcionar jamás. Es como pedirle a un psicópata que sude cuando esta pensando en maldades. Es como echar de menos el rabo ancestral que nos proporcianaba un extra de equilibrio en esta vorágine llamada vulgarmente vida.

Es de noche.
Y solo espero que nadie se haga preguntas, cuando no existen las respuestas.