Hoy he tenido un pensamiento curioso, una "Flexión" a compartir, no una reflexión. Se trata de las manchas en las manos, no son como una mancha en tu historial, estas no se quitan, son esas que denotan el comienzo del fín, ¿sabes a las que me refiero?, esas que aparecen cuando alcanzas cierta edad.....aun no tengo ninguna, pero.. se que llegarán, y no habrá jabón que pueda con ellas. Miro a la gente en el metro, en el trén y observo sus manos, miro a mis familiares y me aterra verlas, señalizando su presencia entre falanges y metacarpios, mostrandose a todos sabedoras de su significado cruel. Veo en la televisión personajes variopintos que disertan sobre vanalidades varias y me fijo en ellas, incrustadas, indelebles, silenciosas, y nadie repara en ellas, nadie las oye ni presta atención.
Estigmas de caducidad con que nos agracia nuestro cuerpo de alquiler, yo os saludo.
Estaré al acecho oteando alerta, deseando retrasar vuestra presencia, frotaré mis manos con ganas a diario en lo que sé es un intento inútil de alejaros, pero os aseguro que sonreiré el día que aparezcais, os tengo caladas, y como no creo que la inmortalidad llegara por cambiar mis preciadas manos por dos muñones, os esperaré sentado, admitiendo otro guiño de lo inevitable.