Expulsada del país de las maravillas por voluntad propia, sin despedida, sin previo aviso, una noche de noviembre parte de tu esencia ha salido del agujero negro en el que flotaba y se ha mudado a los rojos de ese barrio que por distinto anhelas.
Me alegra tu recuperación, aunque suponga la muerte de una parte de nosotros, que aunque ínfima, sentía nuestra.
Este mundo singular pierde la mas alta representante de su nobleza, emparentada con saboyas, con sangre azul aveces tibia recorriendo sus agridulces venas.
Me dejas en este mundo al que vine de tu mano y en el que ando ahora sin rumbo, brindando con extraños al sabor de la copa rota que diría calamaro.
Buen viaje tenga su alteza, y recuerde con sonrisas aquello que fue una vez, vigilaré su trono mientras me queden fuerzas de caminar entre tanta sombra, difundiré su historia entre quienes sean dignos de oirla, y me alegraré por tí tal cual prometí, al ver que un día ya no eras parte de este tan frecuentemente esperpentico mundo.
Para ti...Salve!